Antonio Muñoz Molina escribió un ensayo que bien podría servir para este tema. En ‘Todo lo que era sólido’, el escritor andaluz afincado en Madrid analizaba la sociedad española, las relaciones familiares, las ciudades, los pueblos, las tradiciones, el estilo de vida. Con un halo de nostalgia, venía a constatar que el mundo había cambiado, se había hecho, como dijo el filósofo, más líquido, inasible, disperso, fragmentado. 

¿Y el amor? Pues tres cuartos de lo mismo, que diría aquel, y por suerte o por desgracia. Ante la irrupción del poliamor, las relaciones abiertas, los clubes de intercambio y las aplicaciones de ligue, ¿quién cree en el amor duradero? ¿Quién apuesta por las parejas que apuestan por un proyecto a largo plazo, con sus luces y sombras, sus momentos hermosos y los retos superados que afianzan más a la pareja?

Pues unos cuantos románticos con los valores bien puestos: gente que cree en el amor, en el amor con mayúsculas, un sentimiento que compartimos también en Villa Laureana. Que el camino sea largo, decía Kavafis respecto del viaje a Ítaca, y en el amor no debemos conformarnos con ello. 

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De ahí, tras este largo preámbulo, la importancia de las bodas de granito, símbolo preciso de la importancia de haber compartido 24 años de casados, el mejor preludio para otra fecha importante, las bodas de plata. 

¿Cómo celebrar las bodas de granito?

A menudo escuchamos, en las bodas por la Iglesia, aquello de que el amor debe ser como una roca. Algo que nos permite edificar sobre ella, un material robusto que aguantará las inclemencias del tiempo, las pruebas a las que se someta la felicidad de la pareja, y que permitirá sobrevivir a los embates de la vida. Casi nada. 

Por todo ello, esos 24 años de convivencia en común merecen una celebración a la altura. Aquí van algunas ideas: 

  • Visita a la Sagrada Familia. Además de la conocida como piedra de Montjuïc, extraída de las canteras de dicho monte, está formada (y lo que le queda) por distintos tipos de granitos, empleados en sustitución de la piedra local. De hecho, se emplean granitos de diversos lugares de España, como el granito Blanco Cristal. Procede de Madrid y, por sus tonos claros y luminosos, se empleó para el núcleo de la torre de Jesucristo. (Si te interesa el tema, tienes más info aquí). Dicho esto, además de la visita a este prodigioso templo diseñado por Antoni Gaudí, la idea es disfrutar de los encantos de un fin de semana en la siempre atractiva Barcelona.
  • Excursión a San Juan de la Peña. Toda pareja debería tener su particular centro de peregrinación. Seguro que, a lo largo de este tiempo, habéis dado con uno, pero, de no ser así, podéis elegir el de San Juan de la Peña, en Huesca, a pocos kilómetros de Jaca. Este monasterio, con raíces que se remontan al siglo X, ofrece una ventana a la historia medieval y la arquitectura románica. Rodeado de exuberante naturaleza, el lugar evoca serenidad y espiritualidad. Los visitantes pueden explorar las capillas, claustros y la impresionante iglesia subterránea. Además, la cercana Ermita de San Juan de la Peña añade un toque místico. La excursión brinda la oportunidad de sumergirse en el rico patrimonio cultural y religioso de la región. Ideal para darle un toque profundo y espiritual a vuestra celebración.
  • Un día en el Monasterio de Piedra. Ubicado en la provincia de Zaragoza, España, es un destino perfecto para una excursión. Rodeado de un entorno natural impresionante, el monasterio se destaca por su arquitectura histórica y sus jardines exuberantes. Los visitantes pueden explorar las ruinas del antiguo monasterio cisterciense, descubrir la belleza de la cascada Cola de Caballo y pasear por los frondosos senderos. La experiencia ofrece un equilibrio entre historia, naturaleza y tranquilidad, convirtiendo la excursión al Monasterio de Piedra en una jornada inolvidable de descubrimiento y relajación, con su toque romántico, por la magia que rodea a todo el lugar.

Y como todo no va a ser visitar lugares santos y pétreos, ¿qué mejor idea que compartir unas jugosas carnes a la piedra? En Casa Emiliana, muy cerquita de donde nos encontramos, son especialistas en este tipo de carne. Os chupareis los labios. Y os comeréis a besos. 

¡Felices bodas de granito!

Ah! Y si queréis celebrar la boda de vuestros hijos, en Villa Laureana os escuchamos con alegría. ¿Aún no conoces nuestra finca para bodas exclusivas?

Fuente de las fotos Pexels