Hay aventuras que solo pueden hacerse una vez en la vida. Como el viaje de novios, por ejemplo. Aunque uno se case más adelante, en nuevas vidas, con otras personas; el primer viaje de novios, como the first cut, que cantaba Rod Stewart, es el más profundo. ¿Vas a conformarte con la clásica visita «al país vecino» o con unos días de sol y tumbona y cocoteros que no te aporten más que un descanso predecible?
No confundas vacaciones con vagancia. Un viaje de novios debe estar abierto al descanso, pero también a la vivencia de experiencias que dejen una huella indeleble en vuestra memoria común y contribuyan a crear esa historia de dos que a partir de ahora estáis escribiendo. ¿Nueva Zelanda? Suena bien.
Senderismo: uno de los principales atractivos de Nueva Zelanda
Uno de los puntos fuertes de este país austral es su lejanía. La máxima posible, de ahí el término de antípodas (que se aplica al punto más lejano del que te encuentras tú), factor importante para sentir una sensación nueva: la de haber ido al fin del mundo con tu pareja.
Y es que hablamos de casi 20.000 kilómetros, que se dice pronto, desde Madrid a esta isla que tampoco está cerca, como pudiera pensarse, del continente australiano. En concreto, 2.581 km separan a la isla de Melbourne, una de las ciudades australianas más cercanas al país cuya capital es Wellington. ¿Nueva Zelanda y Polinesia en el ‘pack’ viajero? Es una opción. Por vuelos no será, pues haberlos haylos.
Nueva Zelanda son dos islas (y otras pequeñas)
Aunque a vista de pájaro pueda parecer una sola isla, tipo Japón, Nueva Zelanda se divide en la isla norte y la isla sur, con la capital situada en esta primera, aunque muy cerquita de la isla sur. Una ciudad de apenas 200.000 habitantes que no destaca por sus grandes atractivos, ya que estos hay que buscarlos en la naturaleza, no en vano el senderismo es casi un deporte nacional. Lo llaman tramping o bushwalking y se puede practicar en infinidad de espacios naturales que te dejan con la boca abierta.
Volcanes, fiordos, impresionantes playas vírgenes y algunos de los parques nacionales más apreciados del mundo se encuentran en ese país tan lejano, pero tan atractivo a la vez.
Parques nacionales para recorrer en pareja
La lista de parques nacionales en Nueva Zelanda es amplísima, teniendo en cuenta que es un país con la mitad de extensión de un país como España. Repartidos entre ambas islas, la meridional es la que cuenta con mayor número de parques, hasta nueve, mientras que la isla norte registra tres.
De entre ellos, destaca Tongariro, conocido también como el parque de los volcanes neozelandés y que no tiene nada que envidiar, y viceversa, al parque nacional de Timanfaya de la isla de Lanzarote. Su visita es uno de los planes favoritos de muchos novios en luna de miel, con rutas trazadas para pasar un día de caminata en pareja inolvidable. Con unos 20 km de recorrido, senderos como la Tongariro Alpine Crossing son asequibles para aquellas parejas que estén mínimamente en forma y ofrecen un paisaje de ensueño ideal para engrosar las mejores páginas del álbum de vuestro viaje de novios.
Queenstown, la ciudad los deportes extremos
En un viaje de novios hay tiempo para cenitas con velas para dos y noches en hoteles de camas con dosel, pero también para practicar nuestras aficiones favoritas. Y eso que Queenstown no está reñido con pasar ratos agradables y apacibles con tu recién estrenada pareja matrimonial.
Queenstown, en la parte más meridional de la isla sur, es una ciudad pequeña, con encanto, rodeada de lagos como Wakatipu o Hayes, uno de esos lugares como de fondo de pantalla de Windows. Solo que esta vez estás tú y tu pareja, sin pantallas alguna. Y ese lugar de ensueño y todas las actividades extremas de un lugar que ha sabido posicionarse en el turismo de deporte radical.
Feliz viaje de novios y ojalá nos lo contéis a la vuelta. Ya falta menos para las bodas de aluminio. En Villa Laureana os recibiremos con alegría y con nuestras mejores sugerencias gastronómicas para que os volváis a sentir como en casa.
